La vida puede ser un desafío y todos pasamos por momentos de duda en los que sentimos que las cosas no van a salir bien. Si estás luchando con el optimismo (la confianza en el futuro), lo entiendo. Y si bien una sensación de optimismo es importante para el bienestar general y la protección contra los problemas de salud mental, la forma en que lidiamos con la falta de optimismo es personal. Aquí hay cinco enfoques que pueden ayudarte a seguir adelante cuando has perdido el optimismo.

5 Estrategias sencillas que pueden ayudarte a seguir adelante cuando no te sientas optimista
Déjate llevar
No te presiones para ser optimista si no lo sientes. La idea de “fingir hasta que lo logres” puede ser confusa. En mi experiencia, forzar el optimismo cuando estás deprimido o asustado es como tratar de “actuar” relajado cuando estás en crisis; simplemente no funciona. Entonces, a menos que estés buscando practicar tus dotes de actuación, quítate la presión de encima.
En cambio, identifica lo que estás sintiendo. Ya que no es optimismo, ¿qué es? Tal vez se encuentre dentro de “miedo”, “vulnerabilidad” o “tristeza” (ya sabes, esas emociones súper incómodas). La investigación y la neurociencia muestran que si podemos nombrarlo, podemos domarlo. Pero más allá de la ciencia del cerebro que explica por qué nos calma, nombrar las emociones también puede brindar una dirección.
Por ejemplo, digamos que te identificas: Tengo miedo. Bien, ¿de qué? Tal vez, como mi amiga, se trate de dinero y empleo. Bueno, eso al menos lleva a alguna parte. Si tiene miedo del dinero, ¿qué puede hacer para sentirse más segura al respecto? A partir de ahí, puede elaborar un plan, hablar con otras personas sobre cómo han manejado situaciones o miedos similares y tomar medidas. Ese sentido de dirección puede llevar a un mayor optimismo.
Observa y cuestiona tus pensamientos
¿Te estás diciendo cosas como «Todo me sale mal» o «Nunca conseguiré un trabajo»? Si es así, ¿alguna de esas cosas es realmente cierta? ¿Todo te sale mal? ¿Hay algo que no? En serio, dudo mucho que el 100 por ciento de tu vida sea una porquería, así que intenta cuestionar ese pensamiento.
¿Puedes ser más preciso? Por ejemplo, incluso decir: «Siento que nunca conseguiré un trabajo, y esto es doloroso» es una declaración más veraz. Nuestros pensamientos dan forma a cómo nos sentimos, así que ponlos a prueba. ¿Te están llevando en una dirección innecesariamente negativa? Si alguna vez has hecho terapia cognitiva, esto probablemente te suene familiar. Nos quedamos atrapados en patrones de pensamiento inútiles, ¿estás atrapado en uno?
Sé consciente de los desencadenantes
Siente curiosidad por lo que te hace sentir menos optimista. ¿Son las noticias? ¿Las redes sociales? ¿Una relación? ¿Puedes cambiar tu exposición para disminuir el impacto? ¿Necesitas limitar tu consumo de noticias o redes sociales por ahora? ¿Alguien en tu vida te hace sentir mal? Si es así, ¿cómo podrías establecer límites o ajustar tus interacciones? Intenta probar modificando tu relación con estos desencadenantes y observa si tu mentalidad cambia.
No descartes las razones biológicas
¿Cuándo fue la última vez que te hiciste un examen físico? Si no te sientes optimista y tienes el presentimiento de que algo no estaba bien. Entonces, llama al médico y pide pruebas de laboratorio para detectar cualquier cosa que pudiera afectar el estado de ánimo.
La falta de vitaminas puede hacerte sentir menos optimista. A veces, la causa principal no está en tu cabeza ni en tus circunstancias, está en tu cuerpo. Si tienes acceso a atención médica, no descuides esos chequeos.
Vigila tu estado de ánimo
Ponte un límite de tiempo. ¿Cuánto tiempo te permitirás sentirte «desganado» y pesimista antes de consultarte a ti mismo sobre cómo solucionarlo? En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Asociación Estadounidense de Psiquiatría, 2022), un episodio depresivo se define como aquel que dura al menos dos semanas. Una falta persistente de optimismo podría ser parte de un panorama más amplio. Si te sientes deprimido durante un período prolongado, considera buscar apoyo profesional.
En resumen
La vida a veces es difícil. Los factores estresantes pueden dificultar el optimismo. Las redes sociales pueden pintar un panorama diferente, pero no es realista sentirse feliz o positivo todo el tiempo. Dicho esto, tienes opciones. Las ideas aquí pueden ayudar, y hay otras: las prácticas de atención plena y gratitud, por ejemplo, pueden aumentar el optimismo en algunas personas.
No es necesario que seas optimista, pero tener una sensación de esperanza por el futuro puede hacer que la vida se sienta un poco más liviana, un poco mejor.