A todos nos ha pasado: llega la hora de comer, tu estómago ruge como un león, pero la sola idea de cocinar te da una pereza infinita. Tal vez tengas la nevera medio vacía o simplemente prefieras hacer cualquier cosa antes que ponerte a batallar con la cocina. ¡No te preocupes! Aquí te traigo algunas recetas tan fáciles y rápidas que casi te olvidarás de que estás cocinando.
Recetas fáciles y rápidas
Aquí tienes algunas recetas útiles para aquellos que no disfrutan mucho de cocinar, pero tampoco quieren pedir comida a domicilio todos los días:
1. Tostadas a lo que haya
Lo básico para cualquier persona que no quiere complicarse la vida: pan tostado. Si tienes unas rebanadas de pan y algo que ponerle encima, ya tienes una comida.
Ingredientes posibles
- Pan (obvio)
- Aguacate, queso crema, hummus, mantequilla de maní o incluso salsas que tengas en la nevera
- Alguna proteína extra como atún enlatado, jamón, o un huevo (si te sientes con ganas de encender la estufa)
Cómo prepararlas
- Tosta el pan. (Si ni eso te apetece, ¡ni falta hace!)
- Unge con lo que tengas a mano.
- Decora con lo que encuentres: unas rodajas de tomate, un poco de queso rallado, o lo que sea.
Tiempo total: 5 minutos (más rápido que pedir comida a domicilio).
2. Envoltura de supervivencia
El wrap es tu mejor amigo en esos días de «me da igual lo que coma, pero quiero comer ya». Solo necesitas una tortilla o pan pita y rellenarla con lo que tengas en casa.
Ingredientes
- Tortilla o pan pita
- Hojas de espinaca o lechuga (si es que tienes algo verde por ahí)
- Jamón, pollo desmenuzado o cualquier proteína lista
- Salsas (mayonesa, mostaza, o la que te encuentres)
Cómo prepararlo
- Extiende la tortilla o pan pita.
- Rellena con lo que sea: vegetales, proteínas, salsas, y enróllalo.
- Si quieres darle un toque más chic, puedes dorarlo en una sartén, pero no es obligatorio.
Tiempo total: 3 minutos (lo que te lleva hacer un scroll en redes sociales).
3. Quesadilla exprés
La quesadilla es un salvavidas para los que tienen poco en la nevera y menos ganas de cocinar. Solo necesitas una tortilla y queso, pero puedes añadir otros ingredientes si la inspiración te golpea (o si encuentras algo olvidado en el fondo de la despensa).
Ingredientes
- Tortilla de harina
- Queso (el que tengas)
- Opcional: jamón, pollo, tomate, cebolla, o cualquier cosa que se derrita bien.
Cómo prepararla
- Pon una tortilla en la sartén caliente (sin aceite, no te preocupes por eso).
- Añade queso y otros ingredientes.
- Dobla la tortilla por la mitad y calienta hasta que el queso se derrita.
Tiempo total: 7 minutos (más tiempo para ver tu serie favorita).
4. Ensalada de «lo que haya»
Si quieres algo un poco más sano o simplemente tienes algo de lechuga que está a punto de morir en la nevera, la ensalada de supervivencia es la respuesta.
Ingredientes
- Lo que sea verde (lechuga, espinaca, o incluso ese brócoli al que le has dado largas)
- Proteína (huevo duro, atún, o alguna lata de garbanzos)
- Un aderezo sencillo: aceite de oliva, limón, sal y pimienta
Cómo prepararla
- Lava lo que vayas a usar.
- Mezcla todo en un cuenco.
- Sazona con el aderezo más simple que puedas imaginar.
Tiempo total: 4 minutos (lo que tardas en pensar en pedir pizza).
5. Huevos revueltos todo-terreno
Los huevos son la joya de la corona para cualquier persona perezosa. Se hacen rápido, son versátiles y casi siempre hay en la nevera.
Ingredientes
- Huevos
- Sal y pimienta
- Cualquier acompañante que encuentres (queso, jamón, restos de vegetales)
Cómo prepararlos
- Rompe los huevos en un bowl y bátelos ligeramente.
- Calienta una sartén, añade un poco de aceite o mantequilla.
- Cocina los huevos y, si quieres, añade extras como queso o jamón.
- Sírvelos tal cual o mételos en un pan para un bocadillo exprés.
Tiempo total: 5 minutos (casi tan rápido como abrir una bolsa de patatas fritas).
6. Pasta «No quiero ni pensar»
La pasta es el comodín de todas las comidas rápidas. Solo necesitas agua, sal, y algo para mezclarla. Si no tienes salsa lista, no te preocupes, siempre hay algo que puedes improvisar.
Ingredientes
- Pasta (el tipo que sea)
- Aceite de oliva y ajo (si no tienes, una lata de tomate servirá)
- Sal, pimienta y quizás un poco de queso rallado
Cómo prepararla
- Cocina la pasta según las instrucciones del paquete (esto solo requiere paciencia, no habilidad).
- Escurre la pasta y añade un chorrito de aceite de oliva, sal y pimienta.
- Si tienes ganas, sofríe un diente de ajo para darle un toque. Si no, omítelo y sigue con tu vida.
Tiempo total: 10-12 minutos (¡pero esos minutos puedes hacer otra cosa mientras se cocina!).
Con estas ricas recetas, no solo evitarás morir de hambre, sino que lo harás sin esfuerzo y con los pocos ingredientes que tengas a mano. ¡Perfectas para esos días de flojera absoluta! Así que la próxima vez que no quieras cocinar, recuerda: no necesitas ser un chef para comer bien. Solo necesitas un poco de creatividad y una pizca de pereza bien gestionada.