Cuidados del Aloe: Desde el Riego hasta el Trasplante

El aloe, o sábila, no es una planta difícil de cuidar. Crece más rápido al aire libre durante los meses más cálidos, pero no necesita maceta y se desarrolla perfectamente en casa. Algunos aspectos básicos a tener en cuenta para los cuidados del aloe: si bien necesita sol, las hojas pueden volverse marrón con luz intensa. Es mejor usar riego indirecto. Además, puede congelarse durante el invierno y debe protegerse de las heladas. Si es posible, traslada tu aloe al interior durante los meses fríos.

planta de aloe

Riego del Aloe

En cuanto al riego, una planta de aloe tiene mayor riesgo de sufrir un exceso de riego que de una falta de riego. A los aloes les gusta una tierra con buen drenaje. Una mezcla para cactus o una tierra arenosa son buenas opciones para macetas grandes. Las macetas pequeñas drenan rápidamente, y cualquier tierra para macetas de buena calidad te servirá. Riega tu aloe con moderación durante el invierno, ya que no se seca muy rápido. No necesita riego muy frecuente, quizás una vez cada una o dos semanas. En verano, puedes empapar bien la tierra, pero deja que se seque entre riegos. Asegúrate de que la maceta tenga un agujero de drenaje, ya que las raíces son propensas a pudrirse si la tierra está húmeda durante largos periodos.

Tierra

La mejor manera de revisar la tierra es profundizar unos 5-7,5 cm. Si tu planta de aloe es pequeña, solo necesitas revisar unos 2,5-5 cm. Es muy común que algunas partes estén más secas que otras, las raíces del aloe no son tan largas, así que asegúrate de revisar cerca de la base de la planta. Con humedad me refiero a tierra que se pegue a los dedos. Deja que la tierra se ablande y se seque. Deja que se mantenga así durante unos días antes de volver a regar la planta.

Leyendo las hojas del Aloe

Un mal cuidado de la planta de aloe se nota en las hojas. Así puedes saber qué le pasa a tu planta:

Las hojas de aloe vera deben crecer hacia arriba, alejándose de la base. Si las hojas están planas, probablemente tu aloe no tenga suficiente luz. Aunque se tornará marrón con demasiada luz, aún necesita bastante sol.
Si las hojas son delgadas y rizadas, probablemente no estés regando lo suficiente. La planta está consumiendo su propio líquido para nutrirse. ¡Riégala!

Cuando las hojas estén marrones, como mencioné antes, debes trasladar la planta a un lugar con menos luz solar directa.

Si la planta crece muy lentamente, la tierra o el agua podrían ser demasiado alcalinos. También podría significar que estuvo demasiado húmeda durante mucho tiempo, necesita más luz o tiene demasiado fertilizante. Quizás prefiera una maceta más grande.

Trasplante

No es necesario trasplantar una planta de aloe hasta que la parte superior de la planta esté demasiado pesada. La planta puede tolerar tener las raíces enredadas, lo que significa que las raíces se enredan y crecen en círculos. Cuando las raíces se enredan, brotarán más brotes o hijuelos. ¡Más aloe para ti! Si estos pequeños aloes no se extraen y replantan, absorberán la vida de la planta madre; criar a un hijo es difícil. Algunas señales de esto incluyen un color verde brillante en las hojas que crecen horizontalmente. Al trasplantar los hijuelos, riéguelos bien en su nueva maceta y luego no los vuelva a regar durante 3 semanas. Esto obligará a las nuevas raíces a buscar agua. Es normal que la planta trasplantada se vuelva gris o marrón por un tiempo, ya que están en shock. Mantenerlos en un lugar sombreado durante este período ayudará a que se recuperen más rápido.

Empieza a cultivar esta planta multiuso, que además de se atractiva, tiene un montón de beneficios para la piel y el pelo.

Comparte tu aprecio